La energía hidráulica se utiliza como fuerza motriz desde la Antigüedad. Encontramos vestigios de obras hidráulicas ya en la civilización mesopotámica, más de 2.500 años antes de nuestra era.
La generación de electricidad a partir de agua, lo que comúnmente conocemos como hidroelectricidad, se remonta al siglo XIX. Tras atravesar varias épocas sucesivas de apogeo y declive, es una de las energías renovables que ha alcanzado el mayor grado de madurez. Representa más del 16% de la producción eléctrica mundial. Sin embargo, hoy solo se explota alrededor del 20% del potencial hidroenergético del mundo.
Ventajas
Los argumentos a favor de la hidroelectricidad son numerosos. Su eficacia global supera con creces la de las energías fotovoltaica, solar y eólica :
La energía hidráulica es rentable
- Energía hidroeléctrica = tecnologías probadas
- Coste específico interesante
- Disponibilidad y productividad elevadas con respecto a otras fuentes de energía renovables
- Explotación fiable: gastos de explotación y mantenimiento bajos
- Vida útil de los equipos extremadamente larga (¡hasta ochenta años!)
La energía hidráulica nos hace independientes
- de la evolución de los precios de las fuentes de energía tradicionales
- de las dificultades de conexión a una red eléctrica a veces alejada
La energía hidráulica es ecológica
- No genera residuos contaminantes
- Apenas tiene impacto sobre el medio ambiente natural
La energía hidráulica contribuye al desarrollo
- a través de la distribución de recursos hidráulicos alrededor del mundo
- porque la energía es uno de los motores de desarrollo de las poblaciones rurales remotas: sanidad, educación, alumbrado e iluminación, calefacción, refrigeración, comunicación, etc.